COSAS PEQUEÑAS
Éxodo 4:1-5
“¿Moisés, qué tienes en la mano?”
(vr. 2)
A.
“Nada Señor Solo una vara.”
Una vara de pastor.
B.
Una herramienta muy simple. Una
herramienta desechable.
C.
Dios, el Dios todopoderoso, el
Dios que había hecho los cielos y la tierra - estaba pidiendo a Moisés que le
diera una simple vara de pastor. ¡Y ya hemos visto lo que hizo con esa vara!
“¿Qué tenemos para darles de comer?” preguntó Jesús a sus
discípulos. (Sn Mt. 15:33-38)
A.
“No tenemos nada que darle a
ellos, estamos en el desierto, no tenemos suficiente alimento, 7 panes y unos pocos pececillos, lo que
tenemos es un almuerzo simple de un niño”, fue la respuesta.
B.
Y con ese almuerzo simple o sea
7 panes y unos pocos pececillos, una multitud de gente se le dio de comer, y se
satisfizó o sea que sobró.
“¿Quién va a enfrentarse al enemigo - los filisteos o a
Goliat?”
Pueblo de Israel responde:
A.
“Tenemos aquí un jovencito” con
una honda y cinco piedrecitas.
B.
¿Se rió la gente? No
C.
El enemigo sí lo hizo. Pero no
por mucho tiempo.
D.
“Vengo en el nombre del Señor”,
gritó David. ¿Fue eso suficiente?
E.
Un jovencito. Su honda. Sus
piedrecitas pequeñas.
F.
¿Y si no hubiera estado
dispuesto a usarlos para el Señor? ¿Qué hubiera hecho el enemigo con el pueblo
de Dios? acabado
APLICACIÓN
¿Qué tienes
tú para ofrecer? ¿Grandes cosas? ¿Tienes talentos grandiosos? Habilidades
grandes? ¿experiencias grandes? ¿Cosas buenísimas? Si es así, estás parado
solo. Si es así, Dios tal vez no te va a necesitar. Tal vez no te podrá usar -
por lo menos hasta que te dés cuenta que aún tus habilidades más grandes son
pequeñas, son nada en comparación a todo lo que Dios es.
Dios no quiere mis talentos grandiosos, ni pide lo bueno
que ofrezco, ni mis habilidades.
Entonces
para servir a Dios no necesita lo que tienes o eres, simplemente Dios te llama
y te quiere ver sirviendo o trabajando tal como eres, porque fuimos creado
Zacarías 4:6 …No con ejércitos,
ni con fuerza, sino con mi Espíritu, así ha dicho Jehová de los ejércitos.
2 Corintios 12:9 …Bástate mi
gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena
gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder
de Cristo.
¿Quién soy
yo para ser Diacono, anciano o líder, para salir de visitas, para evangelizar?
Ex. 3:11
El secreto
no es quién soy, ni qué soy. El secreto es mi dedicación a él. El secreto es
darle a él todo lo que soy, para su uso y para su propósito. Eso es el secreto.
No es si tengo diez talentos, o cinco - o solo uno, pero si estoy dispuesto a
poner ese talento en las manos de Dios - dejarle a él usar esa cosa “pequeña”
que tengo, como él desea. Solo me quiere a mí - como él me ha creado. Él decide
quién soy, él decide qué soy, él decide cuáles talentos, habilidades y
aptitudes tengo. YO decido si estoy dispuesto a devolver voluntariamente a él
lo que soy, cómo soy.
CONCLUSION
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